Por Mario Morosini
Escuchando a una uruguaya periodista que reside en Israel, siendo entrevistada por Blanca Rodríguez en su programa de radio Espectador, contaba de las diferentes medidas que vino tomando aquel lejano país de Medio Oriente, el cual logró ser hoy mirado con “envidia sana” porque se encuentra al borde de volver, sus habitantes, a la normalidad.
Fueron meses duros y de medidas en serio. Totalmente diferente a lo que vino ocurriendo en Uruguay, por múltiples razones. Esta nota de alguna manera viene bien ya que en los próximos días sufriremos un “bombardeo” mediático de la venida de tres o cuatro científicos israelíes que nos visitarán y observarán los diferentes puntos de vacunación, reuniones de distinto tipo y seguramente frases de elogio al Uruguay a pesar de los muertos que seguimos acumulando, sin que trascienda lo que realmente piensan.
Es casi una fija. Me la juego a pesar de poder quedar pegado. Pero no lo creo. Ya escuché algunas frases de un médico del MSP que será encargado de atender esa corta visita. También desde Israel, y eso sin duda es bienvenido, enviarán elementos que será un aporte en instrumentos para aquellos pacientes de COVID 19 que mas sufren.
Sin apartarnos del título de la nota nos quedamos con algo que contó a Blanca la uruguaya residente en Israel. Nos marcó y aprobamos efusivamente.
Aquellos ciudadanos de Israel que decidieron no vacunarse, tuvieron la libertad de esa opción. El tema es que la sociedad, mejor dicho su Gobierno, tomó la decisión acertadísima de prohibir el ingreso a ciertos lugares a las personas que optaron por no vacunarse.
La libertad de cada uno hay que respetarla, sin duda. El tema es cuando la libertad que se utiliza empieza a perjudicar a otra u otras personas.
O sea que si estás preparado para “bancar” un posible contagio de COVID 19 y sus consecuencias es correcto. Deja de ser correcto cuando tu decisión me puede perjudicar o perjudicar a terceros, incluso a la sociedad toda, obviamente a tu entorno.
Ahí ya no es libertad, se tipifica de otra manera. Si por ejemplo te subís a un auto y te ponés a conducir a 130 kilómetros por hora y no respetás los semáforos, sos perfectamente libre de tomar esa decisión. Eso sí, bancate las consecuencias y además no generes un solo accidente, aunque sea mínimo, porque ahí terminás entre rejas.
Es muy simple. Hoy entre el cúmulo de información que existe en los medios y que un día en la mañana la noticia es de una forma y en la tarde ya cambia, nos enteramos que no llegaríamos a tener una población alcanzando la categoría de “inmunidad de rebaño” al término del invierno. El porcentaje de no agendados es alto, pasa el 30%
Todo muy bien por esos compatriotas que no se deciden a vacunarse, es su libertad, pero le pedimos a este Gobierno, sus autoridades de la salud, que se tomen realmente medidas desde ya.
Lleva su tiempo el estudio y aprobación de las mismas. Es posible que cuando se termine el ciclo de vacunados estemos, con viento a favor, en un 60% de la población inmunizada. Entonces se deberían tener medidas claras para aquellos que optaron por no vacunarse. Y tiro algunas
Tarjeta Verde para los vacunados
Si volvemos a la normalidad aquellos que no tienen la tarjeta verde o lo que se decida, no deberían poder ingresar
1)ningún espectáculo público, bares, restauranes, comercios en general.
2) no pueden subir a ómnibus ni locales ni inerdepartamentales
3) Ingresar a ambientes cerrados, salvo cuando los internen en algún centro médico por haber contraído el COVID 19 u otra enfermedad.
En una palabra, la libertad es libre, pero no juegues con mi vida ni mi liberad