Por Mario Morosini
Somos partidarios de la vacunación obligatoria porque consideramos que es un fracaso la llamada “libertad responsable”. Seguramente son muchas las causas o mas de una por las que hoy sufrimos la pérdida de casi seis mil fallecidos. Y dejamos de lado lo que afirmó, en la última interpelación el ministro de Salud Pública, cuando expresó que el 15% de las muertes se hubiesen podido evitar si se hubiese reducido la movilidad.
Eso tan fuerte la anotación que conmueve. Significa el dolor de un millar de familias -otra cosa no se puede entender- y genera diferentes reflexiones, entre ellas la demostración que la tal “responsabilidad” a la que se apela, parecería no causó el efecto esperado. Nos atrevemos a decir, que en relación a la vacunación y a su vez alcanzar la “inmunidad de rebaño” a este paso, con el 56% de la población vacunada, será complicado lograrla. Y aquí sí no se puede comparar con otros países. Somos un puñadito y contamos con un eficiente sistema de salud como quedó demostrado.
Lo cierto es que las polémicas se instalan y aplilan una detrás de la otra en nuestra sociedad. No termina de definirse un tema que aparece otro. La noticia que en la mañana tenía un ritmo fuerte, capaz de dominar o ser el centro de la información, en la tarde se diluye, y termina desapareciendo.
Pero el tema de la obligatoriedad en la vacuna da la sensación que perdurará por lo menos en las próximas semanas, para ir ganando en intensidad.
A medida que la vacunación está haciendo ceder la pandemia, resulta evidente que se hace necesario alcanzar rápidamente la inmunidad de rebaño. Lo dicen todos los científicos del mundo.
Las autoridades del MSP repiten una y otra vez la necesidad de agendarse para vacunarse. Se empieza a ir a los barrios, luego se irá a los lugares de trabajo.
Paralelamente en otros pasíes, por ejemplo Francia, hay movimientos antivacunas. Acá en Uruguay tenemos unos pocos, liderados por el Dr. Salles, que también se expresan lamentablemente en ese sentido.
Nosotros no entendemos por qué no se deja de lado sugerir, solicitar que se vacune la población, y se pasa al plano de la obligatoriedad.
¿Qué temita? O mejor dicho qué se entiende por libertad? Si mi familia se vacuna y la familia del apartamento de al lado de mi casa no se vacuna, cómo explicamos la libertad. Ellos podrán decir, es la opción que decidimos tomar…somos libres. Y nosotros, los vecinos que nos vacunamos? Nuestra libertad corre riesgo simplemente porque el nivel cultural del vecinos es diferente.
La ciencia afirma que es peligroso y no deja de ser un riesgo negarse a inmunizarse. En Europa precisamente ya están en la quinta ola. Nos dirán es porque la parte económica está jugando en contra, una nueva temporada de turismo que algunos ven que se está perdiendo, y la necesidad de la gente, principalmente los jóvenes, de establecer vínculos sociales, influyen en esa quita ola. Es cierto, pero también se afirma que la carencia de vacunación en muchos sectores de la población española, es uno de los factores que impulsa la quinta ola.
Se están ensayando diferentes fórmulas donde sin llegar a obligar vacunarse, el sistema impide realizar ciertas gestiones a quienes carecen de las dos dosis de alguna de las vacunas existentes.
La responsabilidad para nosotros va de la mano con el nivel cultural de las personas. En Uruguay mayoritariamente se demostró bastante buen nivel si comparamos con otros países, pero también es cierto que estamos lejos de llegar al ideal y el ideal no tiene que ser el 100% , nos conformamos con el 80%, es lo que considera la ciencia y respetamos nosotros.
