Por Mario Morosini
Están arribando las primeras dosis de vacunas, en este caso de origen asiático, concretamente desde China. El grueso fue para Chile y al Uruguay nos acercan algo así como 200 mil vacunas.
El proceso uruguayo fue singular. Jamás iremos en el mismo sentido que va el resto del mundo.
Fuimos los últimos del “barrio” y alrededores, iniciando además la vacunación de una forma diferente al resto del mundo.
En todos lados los primeros en ser vacunados resultó ser el personal de la salud. En Uruguay empezamos con algunos docentes, se excluye a los de nivel terciario. Esa es otra curiosidad. Luego estarán los policías, bomberos, personal de las fuerzas armadas, algunos sectores del INAU. Seguramente todo tiene su explicación. Ni siquiera entramos a hurgar en las mismas, no vale la pena.
A esta altura lo que importa es que ¡llegaron las vacunas!, y el proceso seguirá avanzando en los meses siguientes cuando arriben otras vacunas, aparentemente con mejor eficiencia en su comportamiento.
Toda está en nebulosa. Como resultaron las noticias de los últimos meses. De incertidumbre en incertidumbre, mientras algunos medios se encargan de generar el humo, las bombitas de colores y el clima de semifiesta, aunque sean conscientes que los científicos que han vendido generando consejos, dicen que los cuidados deberán seguir.
¡Por favor! Nada de caer nuevamente en euforias desmedidas que nos hicieron pasar de ser casi “los mejores del mundo” a trepar a cifras altas para ser una población pequeña en relación a otros países y con espacios físicos apropiados para soportar o sobrellevar esta pandemia.
De cualquier manera nos enfrentamos a diario con un promedio de 6 fallecidos por día, ahora de casi todas las edades y da la sensación que esta tristeza nos acompañará por el resto del año.
Bien, pongámosle el pecho a las balas, hagamos fuerza y generemos unidad y el mejor de los ánimos, para tratar de salir adelante.
No vale la pena ahora entrar en análisis sesudos. Ya está, lo que se hizo mal, digamos que pasó. Es hora de mirar para adelante. Molesta un poco que muchas veces -no lo podemos ocultar- opiniones de algunos jerarcas y obviamente la prensa, cuando ofenden nuestra inteligencia con frases y bombos que todos sabemos que no estamos en condiciones de realizar.
Y ojalá nadie se quede sin vacunar. Que todos tomemos conciencia de la importancia de protegerse de este “bichito” que es la forma de proteger al resto de la sociedad.

