Por Lic. Jorge Scuro jscuro@gmail.com
(4 de abril de 2020, a 100 años de la instauración de
la Semana de Turismo)
En 1960, comienzo de la “década de los 60”, inauguramos esta designación que
dejaba conforme a todos los militantes universitarios. Luego se fue
enriqueciendo pues también se designó como “semana de la cerveza, de la
vuelta ciclista” etc..
El Uruguay es el único país en el mundo que a la Semana Santa se le llama de
Turismo. Uno no se cansa de explicar, en el extranjero, el origen de esta
peculiaridad. Además, no pueden entender como toda la semana es (era)
feriado. No lo es en países como España e Italia. No lo es en el Vaticano,
donde el feriado es el viernes y sábado. Claro, luego en Europa, el lunes
siguiente es La pascueta, o sea feriado.
Precisamente el 4 de abril de 1920 se celebraba por primera vez la Semana de
Turismo en Uruguay como resultado de una ley que así lo determinó. Los dos
nombres se mantuvieron indistintamente, pero la originalidad sigue vigente
hasta hoy. Luego se agregaron varias denominaciones más.
Curiosamente al cumplirse 100 años de aquella primera vez, hoy no tenemos
Turismo, la Semana Santa en cuarentena y las otras designaciones ni
mencionarlas se puede.
La Semana Santa, en Uruguay de Turismo, comienza a los cuarenta días de
Carnaval. En la liturgia cristiana a este tiempo se le llama la Cuaresma. Es
decir, son 40 días de ayuno y abstinencia en preparación a la semana
principal, en la tradición cristiana, donde se conmemora la pasión, muerte y
resurrección de Jesús, el Cristo.
La cuarentena tiene su origen en un número bíblico que señala la “totalidad”
del tiempo. Cuarenta años peregrinaron los judíos por el desierto, antes de
llegar a la tierra prometida. 40 días ayunó Jesús en el desierto antes de
entrar a predicar el Evangelio (la Buena Noticia). 40 días al año debían
luchar los vasallos por su señor sin recibir paga, en la Edad Media.
Cuarenta días se obligaba a los barcos a permanecer en alta mar antes de
permitir el desembarco en el puerto. Esta cuarentena se hacía en la Isla de
Flores, pues era imposible mantener a los pasajeros a bordo. Hoy esta
circunstancia se transcurre arriba de los transatlánticos sin faltar comida
y buenas diversiones.
También hoy transcurrimos nuestra cuarentena sanitaria antes de semana
santa, la que desde hace 100 años le decimos de turismo. Esta es una
cuaresma nacional y mundial. La pandemia del Coronavirus nos obliga al
recogimiento hogareño.
Desde hace siglos, en Europa, al finalizar el invierno (nuestro verano) se
celebraban las “carnestolendas” la fiesta de la carne, la comida, la
alegría, el bullicio. Eran tres días de carnaval. Ojo, en Uruguay un mes o
cinco semanas. En el ímpetu de abolir la “religión” el carnaval invadía la
cuaresma para que el pueblo olvidara la tradición cristiana.
En medio del miedo hoy esperamos que esto pase. En la historia de la
humanidad las pestes que la asolaron fueron muchas. Algunas mataron a más de
la mitad de la población y otra fueron de menor impacto en lugares
reducidos. Hoy nos toca esta que podremos, quizás, contar a nuestros nietos.
Estas trágicas circunstancias al desaparecer trajeron una nueva realidad.
Nosotros estamos en ese proceso. Volveremos del fondo de nosotros mismos,
las características presenciales del trabajo habrán variado en muchos casos,
habrá que retomar mercados perdidos y abrir nuevos.
Es de desear que cuando salgamos tengamos fuerzas para repensarnos y
construir un mundo mejor: más humano, más próximo, más justo.