Era el año 1969 y el 28 de junio ocurría el levantamiento de Stonewall; en reconocimiento, ese día ha sido consagrado a nivel mundial como el Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+. En consecuencia, a nivel internacional , este junio que cerró, suele nombrarse como el mes internacional del orgullo LGBTIQ+.
Sin embargo, aquí en Montevideo, allá por el 2005 se declara como la semana de la diversidad a la última de setiembre. No importa si tenemos uno o dos meses de la diversidad; lo que es importante es que todo nuestro año sea de memoria. Saber que pasó antes para entender dónde estamos y para otear con mejor tino los caminos del futuro.
Fue desde la Secretaría de Género, a partir de aquel 2005, que se empezaron a llevar adelante talleres, charlas, acciones tendientes a poner sobre la mesa el tema , a visibilizarlo. Y desde 2007 en adelante se consolida en Montevideo una política de diversidad, que se traduce en acciones, avances, difusión, institucionalización, conquista de derechos.
Ni la definición del 2005 , ni la Secretaría de Género, que promovió inicialmente estos temas, nacieron de la nada .
En los 90 , sin celulares, se habilita en Montevideo la primera línea de atención a la mujer. Un teléfono fijo atendido por mujeres para socorrer a mujeres en casos de violencia de género, que seguramente también llamaban desde un teléfono fijo.
Y en todos esos años, por planteos de luchadores sociales, se realiza la promoción de los temas de la diversidad por distintos actores políticos, a través de la caja de resonancia de la sensibilidad social y política de la Intendencia de Montevideo.
Las definiciones que siguieron no nacieron de la nada, porque lo que un día son acciones de un gobierno con sensibilidad social, antes fueron reclamos de la sociedad.
Conjunción de la necesidad social con la sensibilidad política.
La sensibilidad es lo que nos permite afinar la escucha , el oído, para iniciar el proceso de comprensión de las causas de una injusticia social.
La sensibilidad es lo que nos potencia para actuar, para corregir, que no es restaurar un estatus sino restañar heridas, heridas profundas, pero sobre todo, expresar con políticas bien definidas y claras el mensaje político más importante: que otro mundo es posible.
Esta no es una lucha por el poder, es una lucha por un mundo mejor; los movimientos por la diversidad, los movimientos antirracistas y los feminismos son la esperanza de la humanidad.
Otra forma de vernos , de apreciarnos, no solo es posible sino que es necesaria.
Apoyar a las personas vulneradas y promover lo mejor del ser humano.
Y qué importante resulta ahora mirar atrás , ver el camino recorrido y los derechos conquistados, en un mundo cada vez más complicado; qué importante es saber que antes de nosotros muchos lucharon por sus derechos, que es lo que hoy nos asegura nuestra libertad.
Desde la cercanía caminemos largo para trabajar por lo universal.
Como lo demuestra nuestra historia, la cercanía organizada es lo que potencia la universalización de los resultados.
En todos los rincones, unidas, unidos, todos de la mano, seguir andando.
Hay que seguir.
(Fuente: ABC publicación)
